Querida Mafalda:
El mundo es bello, hermoso, etcétera, pero sigue igual de caótico desde que te dejamos de leer. Los mismos problemas nos rodean, pero con la “pequeña” diferencia, que ya no se cree en el comunismo, tanto que Fidel sufre de dolor de panza pensando en eso.
En contraste, cada vez es menor el número de ateos, aunque cada cual busca a Dios a su manera. Hasta los propulsores de lo “retro” se han dado un salto de garrocha y ya no se oye la misma pasión a los inofensivos Beatles tan oidos y amados por ti.
Los niños, como sucede desde que Adan y Eva masticaron la manzana, por generaciones siguen pagando por el delito de nacer y engendrarse. Ahora, en nuestra época, ese pago, con sólo vivir, es cada vez más “horroroso” que los pelos de tu amigo el mercantilista de Manolito, y aunque te parezca mentira, su corte causa delirio en los niños y jóvenes de hoy, que gustan lucir la cabeza a lo punk.
Esta nueva generación de niños, vive encerrada en ese espacio abierto que es la TV.. Son casi dos metros de distancia que los separa, con un horizonte visual a color de 25 pulgadas promedio, a todo dar, en donde el nino, a diferencia de tu época, se pasa horas sin tiempo para pensar ante el constante alud de comerciales que se tragan entre cinco a siete minutos. Decadente…¿no? Otra cosa, que felizmente no tuviste a la mano, es el Play Station. Creo que ni al Atari llegaste.
Estas criaturas viven privadas al no poder desarrollar la creatividad y el ingenio, que tanto compartiste con tus amigos Felipe, Susanita, Libertad, Miguelito y Manolito. Y es que, primero, les priva de realizar otras actividades, los expone a contenidos violentos y disfuncionales, les suprime la imaginación creativa, aumenta el nivel de estimulación diaria necesario para su bienestar y reduce el espectro de su atención. Y claro, es más fácil y emocionate para el nino que la lectura, lo cual resta toda opción de adquisición de lenguaje e información. Una de las razones por las que la "caja boba" limita la imaginación es por su falta de recurso a la metáfora. Todo es explícito, todo está claro, no cabe interpretación alguna y tiene que ser así, pues de otro modo, se pierde la atención y se cambia de canal. Al final el nino se acostumbra a una lectura visual velocísima, haciendo perder todo interés en la lectura, la cual se recrea con la imaginación y va a un ritmo mas pausado.
¿Te das cuenta Mafalda que en ciertas cosas ha habido un cambio drástico en el estilo de vida? Todo va a un ritmo vertiginoso y acelerado, con excepción de la democracia que va a pasos de tortuga. Bien hiciste en llamar así a tu mascota, la tortuga. Te reirás aún más ahora de ver
Ya que he tocado el tema de elecciones, te cuento que el año pasado renové (por enésima vez) mi DNI (Documento Nacional de Identificación) y como está de moda el tema del diseno innovador (ya he escrito una columna sobre este tema en el ya desaparecido, Diario Síntesis), pues me llegó del Consulado del Perú en Hamburgo una del tamaño de una tarjeta de crédito. Unos dicen que está ahora más azul
¿Te acuerdas cómo te preocupabas por la explosión demográfica mundial, ya que temías que tanto tú como los demás niños de tu edad se quedasen sin oportunidades para el futuro? En el Perú, hace unos años, se tomaron unas medidas radicales por parte
Mi estimada Mafalda, espero no haberte cansado, y menos como se dice ahora “estresado” con estas inquietudes. Me despido no sin antes decirte que seguiré en contacto.
Chau.
Adaptación del original publicado por el Diario El Tiempo en 1998