a manos vacías 

 

Aunque somos un tanto anticíclicos y poco convencionales y este día recibe en casa tanta expectación como cualquier otro domingo, debo confesar que hoy no he recibido nada; al contrario, me ha quitado él todo. Todo lo que debía hacer y he tenido el placer de no hacer nada.

Hasta la rosa regalada por el restaurante a donde fuimos a cenar -no recibía una desde hace 12 años cuando se le ocurrió dejarme una en la puerta de mi piso en Grenoble ... no aprecio las rosas-, me la puso luego en agua y florero y las Viñetas para poder circular en la autopista austríaca, cuando vaya en cuatro semanas a visitar a Allison Mc Lauchlan a Milán, me las ha pegado ya en su auto, el cual me lo presta para este estrecho largo que haré con los ninos.
Detalles que han hecho el Día. No soy su madre, soy la mujer en su vida.
Hoy he tenido mi 8 de marzo.